Tuesday, December 14, 2010

¡FELIZ NAVIDAD PARA TODOS!



Que tengan todos unas felices fiestas. 
Les deseo mucho éxito, prosperidad y salud para ustedes y sus familias.

Estos son mis tres perros, Lucy, Jasper y Gracie (de izquierda a derecha)

Tuesday, December 7, 2010

Las 15 palabras más interesantes

Las 15 palabras de los libros.

Todas las definiciones son de acuerdo a la Real Academia Española.      
Cada una de las palabras que detallo más abajo tiene una conexión particular con alguna parte de mi vida. Es un placer para mí compartir esto con toda la clase.
Estas palabras son interesantes para mí porque al leerlas me transportaron a eventos que si bien nunca los había olvidado, los tenía muy escondidos dentro de mí. Es fascinante poder “refrescar” la memoria y recontar hechos que han sucedido muchos años atrás y que aún están vivos en mis recuerdos.

1)      helecho: planta criptógama, de la clase de las Filicíneas, con frondas pecioladas de dos a cinco decímetros de largo, lanceoladas y divididas en segmentos oblongos, alternos y unidos entre sí por la base, cápsulas seminales en dos líneas paralelas al nervio medio de los segmentos, y rizoma carnoso.
Elegí esta palabra porque cuando estaba leyendo esta parte del libro de Los hijos muertos me llevó a mi adolescencia, más precisamente al gran patio que teníamos en la casa en que crecí en Buenos Aires. Mi madre tenía en la terraza del patio más de 20 helechos que estaban plantados en macetas en contra de la pared principal. Esas plantas, como tantas otras, recibían un cuidado sumamente riguroso y crecieron hasta el día que ella falleció.

2)      asno: animal solípedo, como de metro y medio de altura, de color, por lo común, ceniciento, con las orejas largas y la extremidad de la cola poblada de cerdas. Es muy sufrido y se le emplea como caballería y como bestia de carga y a veces también de tiro.
Esta palabra me recordó a cuando estaba en tercer o cuarto grado de la primaria. Hacía mil años que no leía o escuchaba esta palabra. La usaban las maestras para referirse a los alumnos que no estudiaban. Se decía que era más apropiado usar la palabra asno que la palabra burro para no herir los sentimientos de los alumnos. ¡Yo odiaba que me llamaran asno!

3)      osado: valiente, osado, atrevido.
Era así como me llamaba una de mis hermanas cuando le sacaban a ella algo que yo quería. Mi madre para callarme se lo quitaba a mi hermana y me lo daba con la excusa que le compraría otro a ella. Claro que eso no sucedía nunca. Mi hermana me miraba con rabia y para no decir una mala palabra en frente de mi madre me decía: “’¡Sos un osado (atrevido) de porquería!” Yo sabía que ella no tenía ni la menor idea de lo que “osado” quería decir. Lo hacía porque sonaba inteligente… Esto me trae muy buenos recuerdos.

4)      Las mechas: cuerda retorcida o cinta tejida hecha de filamentos combustibles, generalmente de algodón, que se pone en las piqueras o mecheros de algunos aparatos del alumbrado y dentro de las velas y bujías.
Era así como los curas en mi colegio se referían a los pelos de los alumnos. Se debe mencionar que el colegio al que fui era de varones solamente y llamarle mechas al pelo no sólo era una referencia a algo sucio y desarreglado, cosa que era imperdonable para los maristas, pero también hacía referencia a las chicas que llevaban pelos largos, y por deducción los curas lo llamaban a uno indirectamente “niña," "chica" o "nena.”

5)      éxtasis: estado del alma enteramente embargada por un sentimiento de admiración, alegría, etc.
Fue cuando tenía 22 años que decidí ir a vivir a Ibiza por unos años. Ahí descubrí un mundo al cual no sabía ni siquiera que existía. Descubrí una libertad que nunca había experimentado y que nada era imposible si uno se lo proponía. Descubrí el placer que causa la aventura y las ganas de vivir. Quería aspirarlo todo, experimentarlo todo, absorber la vida como lo hacía con el aire, a cada segundo, a cada instante. Y por supuesto, fue en Ibiza que aprendí lo que era un éxtasis y los efectos que producía y cuan popular esa píldora de diferentes colores, era en esa isla. Estos fueron unos de los años más felices de mi vida.

6)      parsimonia: lentitud y sosiego en el modo de hablar o de obrar; flema, frialdad de ánimo.
Era esta una palabra que usaba muchísimo mi padre. Italiano de nacimiento, tenía un acento cuando hablaba castellano que era, a veces, difícil de entender. Aunque pareciera que a él le encantaba la palabra parsimonia, porque la introducía cada vez que podía en su vocabulario. Aunque no estoy seguro si él sabía qué quería decir en realidad esta palabra. La usaba para referirse a alguien que se quejaba mucho, o en medio de una discusión a la cual él ya había escuchado varias veces: “ ¡Estoy cansato de escuchare la mesma parsimonia! Sempre la mesma cosa… tirarara, tirarara…”

7)      congoja: desmayo, fatiga, angustia y aflicción del ánimo.
La primera vez que conscientemente sentí este estado de ánimo fue cuando tenía 19 años. Era sábado alrededor de las 15 horas. Mi mejor amiga, Luci (su nombre era Lucinda) llegaba del Chaco, una provincia norteña argentina, en dónde había ido a visitar a su familia por una semana. Luci, ya era parte de la familia. Había venido del Chaco para trabajar y mi padre la tomó como empleada. Unos meses después se mudó a vivir con nosotros.
Luci debería haber llegado a las 13 horas pero yo creía que el autobús estaba retrasado. A las 15:30 recibimos una llamada de la compañía de autobús diciendo que habían tenido un accidente y que Lucí lamentablemente había muerto. Luci fue la primera “mejor” amiga que tuve en mi vida.

8)     pitonisa: adivinadora, encantadora, hechicera.
Era así como llamábamos a una de nuestras amigas. La pitonisa siempre tenía una respuesta para todo. Cuando nos reuníamos los sábados por la noche, la pitonisa encendía un incienso y en la esquina del cuarto hacía sus hechizos de buenas ondas para todos sus amigos. También sabía leer el Tarot y era muy supersticiosa. La pitonisa estaba conmigo el día que me enteré que Luci había tenido un accidente y había muerto. Fue ella quien me confortó y sostuvo en sus brazos mientras yo me desarmaba de dolor.

9)      víspera: día que antecede inmediatamente a otro determinado, especialmente si es fiesta.
Inmediatamente, cada vez que leo o escucho la palabra víspera me acuerdo a las calurosas navidades y los años nuevos de mi infancia. Nuestra casa era inmensa, y una puerta la separaba del negocio de mis padres. Sólo había un aire acondicionado y éste estaba en el comedor. Raramente se lo ponía a funcionar porque “consumía mucha electricidad,” decía mi padre. Entonces uno podía escuchar los ruidos de los grandes ventiladores giratorios repartidos por toda la casa. Mientras el aroma a cerdo al horno se repartía por toda la casa, el árbol de navidad con sus luces que no dejaban de destellar y las ensaladas que ya no cabían en el refrigerador de tanta comida que se había preparado para las fiestas. Aún recuerdo a mi madre entrando a la casa cerca de las 19 horas, después de haber hecho las últimas compras diciéndome: “comienza a prepararte y deja de mirar la televisión que los invitados van a llegar pronto a celebrar la víspera de navidad. Vamos, vamos… que estoy atrasada.” Esto se repetía año tras año…

10)  cascarrabias: persona que fácilmente se enoja, riñe o demuestra enfado.
Era así como llamábamos al viejo vecino que vivía a unos metros, pero en la misma cuadra, de nuestra casa. El salía por las mañanas de primavera y verano con su mate y su pava y hacía comentarios a la gente que pasaba. Él siempre tenía algo que decir. No importaba lo que fuera. Los vecinos ya lo conocían y no le decían nada. Pero ese hombre se la pasaba el día entero sentado en la puerta de su casa, en una silla que sacaba del largo pasillo que tenía el edificio y por horas, hablaba solo, gritaba de vez en cuando y se quejaba de todo el mundo que pasara enfrente de él. Mis hermanas y yo lo llamábamos “el viejo cascarrabias” y cuando era niño, yo le tenía mucho miedo.

11)  vaqueros: dicho de un tipo de tela de algodón: resistente y, generalmente, de color azul, semejante a la usada en la ropa de los vaqueros del Lejano Oeste.
Esta palabra, ya raramente se usa en Buenos Aires y fue reemplazada por la palabra jeans; me trae muchos recuerdos de mi adolescencia, particularmente en la década de los 70. Entonces la palabra jean no se usaba porque era una palabra extranjera. Sólo aquellos que eran ricos o que viajaban a menudo al exterior la usaban. Los vaqueros más populares eran los Wrangler y los Lee.

12)  alba: primera luz del día antes de salir el Sol. 
       Vestidura o túnica de lienzo blanco que los sacerdotes, diáconos y subdiáconos se ponen sobre el hábito y el amito para celebrar los oficios divinos.
Cuando leí esta palabra en el libro Azul, inmediatamente me vino a la memoria un acontecimiento que me sucedió entre los 13 y 15 años. Yo era monaguillo de la parroquia que quedaba a cuatro cuadras de mi casa en Buenos Aires. Fue un domingo por la mañana que tenía que preparar la iglesia para la misa de las once. Encendía los cirios, marcaba las lecturas que el párroco había señalado, preparaba el incienso y demás. Eran casi las once de la mañana y el párroco no aparecía. Cuando fui a buscarlo, el párroco, que era gallego, entró volando en la sacristía y me ordenó que le trajera inmediatamente el alba y le ayudé con él ya que debería haber comenzado la misa hací diez minutos y estábamos atrasados. Desesperadamente, comencé a buscar algo. No sabía lo que buscaba, porque lógicamente, no sabía lo que él me pedía. Cuando me volví hacia él con las manos vacías lo miré y le dije: “Padre, no puedo traerle el amanecer…" Dándome un coscorrón me dice: La vestimenta, hijo, que me traigas la vestimenta. Cuando se lo conté a mis hermanas se rieron por horas.

13)  níspero: fruto de este árbol. Es aovado, amarillento, rojizo, de unos tres centímetros de diámetro, coronado por las lacinias del cáliz, duro y acerbo cuando se desprende del árbol; blando, pulposo, dulce y comestible cuando está pasado.
A mi madre le fascinaban los nísperos y los comía casi todas las semanas durante la primavera y el verano. Ella decía que los nísperos le recordaban muchísimo a su madre que era vasca y a las historias que mi abuela le contaba. Cuando era joven, en la casa de mi madre siempre había nísperos. Yo cuando era chico comía muy poca fruta porque no me gustaba. Para que los comiera, mi mamá me hacía creer que los nísperos eran duraznos en almíbar (porque a mí me encantaban).

14)  adoquín: piedra labrada en forma de prisma rectangular para empedrados y otros usos.
Cuando leí esta palabra inmediatamente me acordé de mi casa en Buenos Aires, de las veredas de baldosas y de las calles adoquinadas. Vivíamos en la calle Paroissien y aún hoy la calle sigue siendo de adoquines. El asfalto no se permite en algunas zonas de Buenos Aires para conservar la historia y la tradición de la ciudad.

15)  exordio: principio, introducción, preámbulo de una obra literaria, especialmente primera parte del discurso oratorio, la cual tiene por objeto excitar la atención y preparar el ánimo de los oyentes. Preámbulo de un razonamiento o conversación familiar.
Esta es una palabra que nunca había escuchado anteriormente y la saqué del libro La esfinge maragata. En realidad hay muchas otras palabras que no había escuchado o leído antes en .este libro. Pero la palabra "exordio" me llamó la atención por la forma en que suena Tiene un sonido que arrasa, que suena importante, que trasciende y se destaca entre todas las demás palabras de la oración en la que se encuentra. “Si te asusta mi exordio, si te desplace esta indiscreta persecución psicológica y sentimental, juro a mi ánima acallar para siempre…” (112)